Días fugaces vuelan cercanos a nuestros besos. No son mas que horas eternas esperando un regreso, minutos capaces de quitar el sueño si acechan situaciones del pasado.
Una fecha ha pasado hoy por nuestro lado y nos ha hecho olvidar por un momento que estamos separados de cinco en cinco, como en el Juego de la Oca.
Hoy el reloj ha marcado una hora exacta, especial; y el calendario de hojas veloces ha aminorado su paso para darnos un merecido regalo del tiempo: Dos años de vida, aun sólo dos. Nací aquel frío lunes justo en tus brazos...
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