¡Qué mirada aquella!
Sus ojos me miraron
y tembló mi consciencia.
Me rozaron adentro clavando el marrón
y a su vez brotando mi desvarío.
¡Qué mirada tan oscura!
¡Qué mar había en su iris!
Sonreí ampliamente.
Creo que se dio cuenta de que me gustaron sus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario